viernes, 8 de junio de 2012

PROCESO DE GENERACION DE PROYECTOS DE ARQUITECTURA Y CIUDAD.

Exploraciones para una pedagogía critica


 PhD ARQ. MANUEL DOVAL ABAD. ETSAM. UNIVERSIDAD POLITECNICA DE MADRID


INTRODUCCION

El presente ensayo trata dos aspectos relacionados con la generación del proyecto, su enseñanza y aprendizaje.
De un lado la secuencia práctica de conceptos y momentos del proceso de diseño y de otro los principios de carácter filosófico-social y disciplinar que impregnan toda intervención en la ciudad o el paisaje, incluyendo criterios para la docencia e investigación desde las Escuelas de Arquitectura.
Con carácter general las reflexiones deben partir de considerar los proyectos de arquitectura y ciudad como respuesta a la demanda de determinadas necesidades sociales del hábitat: vivienda, educación, sanidad, ocio, deporte, producción, consumo, espacio libre y movilidad, que, asumidas desde instancias privadas o públicas, abarcan en el acto de proyectar, los tres requerimientos vitruvianos, tecnología, función y forma, desagregados en los siguientes contenidos:

1.- El lugar
2.- El programa funcional, actividades y flujos
3.- Los factores de producción
4.- El marco normativo
5.- Los criterios-indicadores de carácter socio-funcional /constructivo-medioambiental y formal
6.- Ejemplos de buenas prácticas
7.- Los aspectos configurativos
8.- La evaluación final

1.- EL LUGAR

Hace referencia a varios conceptos:
-suelo soporte, en sus aspectos físicos de geo-morfología,agua, vegetación, topografía, orientación.
-forma, perímetro, superficie, condicionantes, fronteras y barreras.
-macro y microclima.
-posición en el contexto físico inmediato, límites de parcela, calle, manzana.
-accesos. Movilidad y accesibilidad desde el exterior hacia él e inversamente.
-función y ubicación respecto a los distintos ámbitos, barrio, distrito, ciudad, región.
-carácter y actividades del entorno.
-aspectos paisajísticos, visuales, medioambientales y de relación con la ciudad.
-memoria histórica. Referencias simbólicas asociadas al sitio.

2-EL PROGRAMA FUNCIONAL

Implica la puesta en marcha de diagramas conceptuales conectando los distintos escenarios posibles, teniendo en cuenta:
-aspectos psico-sociológicos referidos a la apropiación y uso de los espacios por los potenciales usuarios, internos y externos.
-aspectos cuantitativo-dimensionales, jerarquizados según previsión e intensidad de actividades, densidad y tipo de ocupación.
-aspectos relacionales y de flujos, conexiones físicas, internas y externas, distancias y recorridos, en función de las características intrínsecas de cada uso.
-aspectos cualitativo-sensoriales (visuales, auditivos, táctiles, térmicos etc) con implicaciones en luz, color, texturas, materiales apropiados y el confort climático para cada función, usuario y espacio.
-función representativa-simbólica para ámbitos múltiples.

3-LOS FACTORES DE PRODUCCIÓN. capital, mano de obra, tecnología-materiales

Su toma en consideración es esencial como condicionadores o impulsores en la generación espacial, pudiendo determinar la investigación de soluciones de prefabricación o ejecución in situ de elementos específicos:
-Los costes-presupuestos- financiación
-El personal y operarios disponibles,
-Los medios técnicos de la propia oficina de proyectos y de la ejecución de las obras.
-Los condicionantes de sostenibilidad (materiales, transporte, montaje)
-Los servicios de agua, saneamiento, electricidad, (ubicación, dimensiones)
-Las vias de acceso para la entrada y salida de vehículos con materiales.
-La ubicación de vertederos
-El lugar de origen de los materiales
-El tiempo y los plazos previstos, de proyecto y obra
-El mantenimiento


4.- EL MARCO NORMATIVO

Determina las opciones permitidas y compatibles en cuanto a usos, dimensiones volumétrico-espaciales, alturas, plantas ocupación, tamaño de patios, relaciones con calles, plazas, y edificios colindantes, los límites público-privados, los espacios de uso o titularidad mixta, e incluso aspectos configuracionales y de materiales de carácter estético. Las normas técnicas de accesibilidad, movilidad, incendios, materiales, controles, etc.

5.-LOS INDICADORES

Los criterios o principios de carácter funcional, tecnológico, de sostenibilidad medioambiental, accesibilidad y de forma-espacio, constituyen los indicadores base de la dirección en la exploración y adopción de soluciones al problema planteado y de su evaluación, referenciando a ellos los factores de impacto de la actuación proyectada y su adecuación a los fines previstos.

Considerando una arquitectura y urbanismo encuadrados en los siguientes principios:

-urbanismo desde las necesidades sociales de vivienda y dotaciones públicas
-urbanismo para y desde la participación
-urbanismo para los colectivos mas vulnerables: ancianos, niños, minusválidos
-urbanismo reequilibrador de empleo, residencia, ser vicios y equipamientos
-urbanismo construyendo espacio publico de calidad
-urbanismo para la ciudad heterogénea: híbrida, multicultural, multifuncional
-urbanismo para la ciudad existente consolidada
-urbanismo integral: ciudad+arquitectura+medio ambiente
-urbanismo desde la cooperación publica y privada
-urbanismo fomentando transversalmente la red económica de ciudades


6.- BUENAS PRÁCTICAS

Referidas al tema objeto de diseño, con incorporación de materiales, sistemas o configuraciones de edificios, infraestructuras, mobiliario y espacios urbanos o paisajísticos similares, y cuyo resultado represente una aportación positiva para proyectos de tipología de usos, lugar, volumetría, espacialidad y tecnología semejantes.

7.-ASPECTOS CONFIGURATIVOS Y EVALUACIÓN FINAL

La toma en consideración de los elementos anteriores conduce a un diagnóstico de problemas y oportunidades, según los objetivos y fines buscados, en un proceso secuencial de toma de decisiones, análisis-síntesis y prueba-error, en función de los requerimientos, e indicadores establecidos.
Exploración que pretende encontrar, mediante instrumentos gráficos, materiales y virtuales, (collage, maqueta, técnicas de geometría descriptiva, fotomontajes, videos, etc.) configuraciones que contemplen tanto las necesidades internas (programa) como las externas (accesos, contexto urbano, paisaje).
Las sucesivas elecciones vendrán obviamente determinadas por las características, habilidades, experiencias y poéticas del propio diseñador en un contexto histórico-cultural específico, asumiendo la evaluación final, además de los aspectos programáticos de carácter cuantitativo y cualitativo, el impacto de lo edificado en su entorno, procediéndose a realizar posteriormente los ajustes necesarios para optimizar la solución adoptada.

8.-LA ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE DEL PROYECTO

La puesta en práctica de una metodología del acto de proyectar desde las Escuelas de Arquitectura, lleva implícito abordar primeramente la relación entre lo que las instituciones educativas pretenden enseñar, en el desarrollo de un determinado currículo disciplinar, y lo que el alumnado puede o debe aprender para obtener una específica capacitación en relación a unas atribuciones profesionales establecidas.
Por parte del profesorado se hace preciso, además del dominio de una disciplina concreta, una formación psicopedagógica adecuada, considerando, como indican Hernández F. y Sancho J. M.(1989), que la información sobre una parcela de la realidad no implica de forma directa que la actuación sobre ella se modifique, siendo necesario activar la motivación e implicación críticas por parte del alumno, contextualizando la enseñanza en ámbitos globales que lleven interiorizadas tres prácticas básicas, social, técnica y política.
Por otra parte es obvio señalar que un plan de estudios y un programa de docencia deberían partir de una visión y compromiso concretos respecto a la actividad específica objeto de enseñanza, a nivel social y profesional, y consecuentemente de los objetivos y fines educativos buscados. Concretándolo a nivel de nuestra propia disciplina, podríamos definir como contenidos básicos los siguientes principios:

A.-LA ARQUITECTURA NACE DE UNA DEMANDA SOCIAL

La vivienda y la ciudad son un derecho de primer orden reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948. El problema del alojamiento debe ser una prioridad de los gobiernos que involucre de lleno a los arquitectos y escuelas de arquitectura, constituyendo el fundamento sociopolítico y base humanística de la arquitectura y el urbanismo como disciplinas académicas y prácticas profesionales.
Efectivamente, la primera demanda a los arquitectos está relacionada con el uso residencial, en cuanto necesidad básica ineludible. Se trata, de acuerdo con la citada Declaración Universal, convenciones, Cartas Internacionales, Programas Hábitat de Naciones Unidas y Objetivos del Milenio 2000-2015, de hacer realidad el acceso de todos los ciudadanos y familias a una vivienda digna en un entorno urbano adecuado, integrando conceptualmente vivienda, arquitectura y urbanismo en un todo inseparable.
En el mundo globalizado actual, mientras se hacen patentes los enormes déficits y precariedades de alojamiento, servicios y equipamientos entre los colectivos mas vulnerables, particularmente en los países y regiones menos desarrolladas, se produce insolidariamente un hiperconsumo insostenible en los países, capas sociales y territorios mas ricos, ampliándose en este contexto las responsabilidades en la actuación de los arquitectos.
Por otro lado de acuerdo con los requerimientos de las agendas 21 local, la participación ciudadana en la gestión de los problemas de la ciudad es ineludible desde el punto de vista de la eficiencia y del derecho a decidir, haciéndose necesaria la intervención activa de la universidad, asociaciones civiles y ciudadanos en los procesos de redistribución de los recursos públicos urbanos.

En tal sentido la tarea académica en nuestras escuelas de arquitectura debería ir encaminada a:

-sensibilizar y motivar a los alumnos sobre las carencias habitacionales
-estimular la reflexión que fomente su conciencia crítica.
-explorar soluciones técnico-económicas acordes con el espacio donde se inserten.
-adquirir criterios y habilidades prácticas en el diseño sostenible del territorio.
-tomar parte activa en los movimientos sociales urbanos en defensa del reequilibrio dotacional, la vivienda y la ciudad.


B.-EL ESPACIO PUBLICO ES LA BASE DEL PROYECTO DE CIUDAD

La sociología urbana facilita la comprensión de los procesos y grupos que utilizan y se apropian de ese espacio, inventariando los distintos colectivos sociales que existen en la ciudad, diferenciándolos por género, grupos de edad, niños, jóvenes, adultos, ancianos, etnias, colectivos culturales y clases sociales, residentes y transeúntes, señalando formas de habitarlo en los diferentes ámbitos territoriales, centro, barrio y periferia.
El dominio privado de la edificación, configurador de los límites del escenario físico de esos espacios públicos, corresponde mayoritariamente a los usos residenciales y está marcado por los diferentes niveles de renta, estableciendo procesos de segregación urbana en función del gradiente de precios de la vivienda, que finalmente se traducen en discriminación en la cantidad y calidad de los equipamientos y servicios sociales según la proximidad a las distintas centralidades del territorio.
Por otro lado, la convergencia de horarios industriales y comerciales provoca un flujo diario pendular entre las áreas residenciales y de empleo con la utilización simultanea del espacio público de la ciudad, particularmente del centro urbano, por gran parte de sus habitantes, con los consiguientes problemas de congestión e incompatibilidad entre la movilidad motorizada y peatonal.
Las actividades lúdicas, el comercio informal y el uso del espacio público por transeúntes, personas sin techo, colectivos con actividades irregulares o con problemas de drogadicción y en definitiva las diferentes formas de utilización de ese espacio en horarios diurnos y nocturnos, en función de la multiplicidad de situaciones descritas, hace necesario por parte de los poderes públicos actuaciones diversificadas sobre los mismos, planificación, regulación, implantación de equipamientos urbanos, tratamiento diferenciado de la red viaria, calles, plazas y parques, así como acciones sobre los usos edificados privados que influyen en el espacio exterior.
Las actuaciones integradas estratégicas sobre el conjunto de edificación, infraestructuras, servicios y pavimentos exteriores, así como las políticas de inclusión a través del empleo, asistencia social y apoyo económico a la población residente en áreas inicialmente degradadas, generan sinergias positivas que cualifican el espacio público mejorando el medio ambiente urbano y las condiciones de vida de las ciudades.
Como señala la Carta de Leipzig sobre Ciudades Europeas Sostenibles (1977) es preciso crear espacios públicos atractivos a escala humana mediante la interacción entre arquitectura, planificación urbana e infraestructuras, debiéndose desarrollar las actuaciones conjuntamente entre administraciones públicas, ciudadanos y agentes empresariales.
Entender estos procesos a nivel académico mostrando la influencia en el bienestar de la población de un medio ambiente adecuado, visualizando experiencias de buenas prácticas y participando en el diseño y mejora de espacios públicos de calidad, entra de lleno en el aprendizaje de la función social de la arquitectura y el urbanismo.
La toma de contacto de alumnos y profesores con instituciones públicas, asociaciones vecinales, culturales y profesionales en defensa del patrimonio edificado y de espacios ciudadanos de calidad, contribuirá a la formación de valores y criterios técnicos, políticos y sociales aplicables al diseño urbano con visión integradora y global.


C.-LA ARQUITECTURA ES UNA PARTE INSEPARABLE DE LA CIUDAD Y EL PAISAJE

La intervención arquitectónica no es un hecho aislado sino que define, transforma, y cualifica el espacio urbano y las áreas naturales donde se inserta, no solo desde el punto de vista funcional y de la configuración del paisaje visual y la escena ciudadana, sino desde aspectos de sostenibilidad o insosteniblidad medioambiental. Forma, función y construcción arquitectónicas implican cambios en la ciudad y alteraciones en el territorio circundante. Se trata de aprender–enseñar a construir una ciudad sostenible:
La enseñanza y la investigación deberían por tanto, abarcar de forma integral estos aspectos de ecología, diseño urbano y arquitectura, de manera que se propicie su conocimiento científico, motivando a educadores y educandos a buscar y compartir información, proyectando y proponiendo soluciones según valores y principios sustentables.

D.-LA BASE ECONÓMICA Y SUS APARATOS JURÍDICO-IDEOLÓGICOS DETERMINAN LA ESTRUCTURA MATERIAL DE LA ARQUITECTURA Y LA CIUDAD

Identificar esos procesos permite descubrir los fenómenos que sustentan la realidad visible y hacernos mas conscientes de nuestras actuaciones.
Además de la correlación entre diseño, coste, materiales, tecnologías y empresas dentro de cada contexto social, geográfico y económico, el arquitecto debe entender las redes globales en las que se mueven los distintos agentes productores de la ciudad y el territorio puesto que, como señala Manheim (1987), las dinámicas sociales influencian inexcusablemente los procesos de conocimiento.
Las opciones de inversión urbana de las distintas administraciones públicas, las estrategias y acciones de las empresas inmobiliarias y de los propietarios de suelo, así como las ideologías y teorías que sustentan las diferentes opciones y prácticas político-técnicas, son determinantes para superar su supuesta neutralidad y cientificidad y ser mas conscientes en la toma de decisiones.
La profundización en los pensamientos de Henri Lefebvre o Manuel Castells sobre la producción y ocupación del espacio metropolitano permitirá, a nivel docente–investigador, la reflexión y concienciación sobre las condiciones contextuales existentes en los procesos de construcción de la ciudad.
AGENTES QUE INTERVIENEN EN EL TERRITORIO:
 -Instancia técnico-ideológica: Arquitectos, intelectuales, mass-medium, universidades
-Instancia jurídico-política: Administraciones públicas legislación, normativas
-Instancia económica: Agentes económicos,(bancos,promotoras, propietariosde suelo,constructoras)

E.- LA CIUDAD FRAGMENTADA, DISPERSA, MOTORIZADA, MONOFUNCIONAL Y ALEJADA DE LOS NÚCLEOS URBANOS GENERA INSATISFACCIÓN,

Malestar y frustración en los ciudadanos e ineficiencia en el sistema productivo obligando a grandes desplazamientos, pérdidas de tiempo, estrés y aislamiento forzado, particularmente en las grandes metrópolis cuya supercongestión se realiza a costa del despoblamiento y empobrecimiento de ciudades menores y áreas rurales deprimidas.
Entre las dos tendencias que conviven actualmente en la teoría y la práctica del desarrollo urbano y regional, una que apoya y legitima la ciudad dispersa expansiva y fragmentada, negadora de la calle, la plaza y los espacios multiuso y la otra favorable a la ciudad compacta consolidada, plurifuncional, concentrada, multiétnica y heterogénea, se mueven las dos conceptualizaciones que relacionan economía, sociedad y territorio:

-las teorías de la localización óptima (competitividad y mínimo coste) y
- las teorías del desarrollo endógeno ( planes estrategicos integrados internos).

Es tarea docente-investigadora en el ámbito de los departamentos de urbanismo de las escuelas de arquitectura conocer y profundizar en los procesos y decisiones que configuran el paisaje desagregado de ocupación extensiva y difusa del territorio y en sus consecuencias socioeconómicas-ambientales negativas, explorando los criterios y prácticas que determinarían alternativamente un cambio en ese modelo depredador e insostenible.
Objetivo de esa práctica sería mejorar la calidad de vida metropolitana a través de núcleos urbanos concentrados, espacios diversificados a escala humana, naturaleza integrada en las ciudades, disminución de la huella ecológica y reequilibrio descentralizado de población y recursos en los ámbitos local y regional.
Ello lleva implícito en el área académica recabar información demográfica, económica, social, ambiental y política en la ordenación del territorio y por tanto el acercamiento a disciplinas de geografía económica local y regional, el trabajo en equipos interdisciplinares y la asunción de criterios básicos de equidad y eficiencia en el ámbito territorial por parte de toda la comunidad docente de las escuelas de arquitectura.


F.- LOS CENTROS HISTÓRICOS PARADIGMA DE SOSTENIBILIDAD

Frente a la ciudad dispersa mencionada, los centros históricos de las ciudades tradicionales, representan la mejor solución urbanística desde el punto de vista funcional, medioambiental y formal.
La interconexión jerarquizada de diferentes espacios convivenciales, relacionando actividades diversificadas, su uso peatonal y escala humana, proporcionan además de una interacción social óptima, el aprovechamiento sostenible de los recursos existentes.
La defensa, rehabilitación y reutilización de los espacios públicos y patrimonio edificado existentes, particularmente de las áreas urbanas mas antiguas, símbolo identitario de la comunidad, juntamente con políticas de inclusión social de su población, representa una política adecuada, que debe enfatizarse desde las Escuelas de Arquitectura, desarrollando en esta dirección la sensibilidad , conocimientos y habilidades prácticas del alumnado.

G.-LA ENSEÑANZA ES INTERACCIÓN DE TEORÍA +PRÁCTICA +INVESTIGACIÓN

Sumadas a la acción comunicativa y participativa recíproca de profesorado y alumnado. Los procesos exploratorios en psicología motivacional, pedagogía y creatividad facilitan el aprendizaje del proyecto.
La transversalidad entre departamentos y profesores, las conexiones verticales y horizontales entre alumnos y la relación democrática entre todos los participantes del proyecto docente son básicas para un aprendizaje eficiente y con valores éticos. En este sentido es preciso:

-Considerar la función social de la educación
como instrumento de promoción personal y colectiva, teniendo en cuenta que en la relación educativa participan docentes y alumnos en estadios distintos de madurez, viendo el acto educativo desde lógicas distintas.
-Fomentar en el alumnado prácticas que pasen de la concreción a la abstracción, generalización y conceptualización .
-Estimular la intuición y la imaginación
unidas a teorías sistemáticas adecuadas, junto al trabajo personal y resolución de los problemas paso a paso por parte del propio alumno.

Mierieu (1998) señala el poder emancipador del aprendizaje y la contradicción entre integración y pensamiento crítico, especificando como relaciones educativas positivas: Reconocer al alumno como persona que no se puede moldear al gusto del educador, sino como sujeto que se construye con autonomía; y la acción pedagógica como reconstrucción de conocimientos que ha de incorporar el alumno en su propio proyecto, tomando información del entorno en función de un proyecto personal.

Savater (1997) ve necesario fomentar en los alumnos la capacidad de discutir, refutar y justificar lo que se piensa, así como la facultad de escuchar, para formar individuos autónomos y libres. Pedagogía contraria al sistema en la que el docente prioriza la exaltación de su propio conocimiento por encima de la necesidad de transmitirlo.

Hernández y Sancho (1989) señalan que el estudiante no es un simple receptor ni la educación mera emisión de información sino intercambio simbólico comunicativo. Enseñar no es vender un producto y aprender no es un consumo pasivo.

Pérez Gómez (1988) indica que la formación del profesor requiere integrar teoria+práctica,ciencia+técnica+arte, sensibilidad+razón, lógica+intuición, para facilitar al alumno los instrumentos y técnicas de trabajo que favorezcan los procesos de aprendizaje y el desarrollo del pensamiento crítico

H.-COMPROMISO SOCIAL

Núñez (1999) concibe la educación como una “apertura de oportunidades sociales y culturales a una pluralidad de sujetos, al margen de sus lugares de origen y pertenencia”, entendiendo que se educa transmitiendo los patrimonios culturales, intentando conseguir que cada sujeto se apropie de aquello que le permita vincularse socialmente. La educación como proceso que orienta al individuo a encontrar un lugar propio en la estructura social.

Freire (1987) propone en la educación una actitud crítica permanente que permita al alumno superar actitudes de acomodación y que contribuya al cambio social mediante el desarrollo de una conciencia crítica a través de una enseñanza dialógica y antiautoritaria en la cual todas las personas implicadas educan y son educadas al mismo tiempo.

Educación problematizadora dialógica donde el educador también es educado mientras establece un diálogo en el cual tiene lugar el proceso educativo, no como mero depósito de conocimientos sino como acto que supere la contradicción entre educador y educando, contrariamente a la "educación bancaria" que niega la posibilidad de diálogo.
De este modo se rompen los argumentos de autoridad no existiendo alguien que educa a otro sino que ambos lo hacen juntos. Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta no de la respuesta.
Por otro lado la educación implica una comprensión crítica de la realidad social, política y económica. Enseñar implica respeto a los conocimientos y autonomía de los educandos y saber escuchar. Enseñar no es solo transferir conocimiento sino crear las posibilidades para su propia producción.

I-LA PEDAGOGIA DEL PROYECTO DE ARQUITECTURA Y URBANISMO DEBE INTEGRAR LA ACTIVIDAD CREATIVA Y LA INFORMACIÓN DE BUENAS PRÁCTICAS

Juntamente con la experiencia y reflexión personal de alumnos y profesores, contemplando unitariamente, demanda social, programa funcional, forma, ciencia y tecnología constructivas a través del análisis directo, participativo y contextual en los ámbitos socio-cultural, económico, espacial y medioambiental como base del proyecto y su ejecución en las diferentes escalas edificatorias y urbanísticas.

Erika Landau (2002) entiende la creatividad en arquitectura, arte, ciencia o vida cotidiana, ligada a la teoría de las decisiones y como la capacidad de encontrar relaciones entre experiencias antes no relacionadas, originando nuevos esquemas mentales y la creación como síntesis entre impulsos internos, imaginación y realidad, siguiendo los principios de placer y realidad freudianos.
Se trataría de fomentar el pensamiento creativo que incluye el desarrollo de facultades mentales tales como fluidez, flexibilidad, originalidad, elaboración, sensitividad, redefinición, análisis, síntesis, fantasía, lógica, complejidad, independencia de juicio, conciencia de uno mismo, y defensa contra la represión, estimulando la motivación interna para la creación de configuraciones arquitectónico-urbanísticas que sean resultado de integrar el impulso hacia lo nuevo y hacia el cambio, comunicación con el entorno y sensibilidad hacia la resolución espacial de los problemas sociales.
Ivan Illich (1985) señala que un buen sistema educacional llevaría a cabo una educación democrática no burocratizada, exploratoria, inventiva y creativa: “Los alumnos debieran poder congregarse en torno a un problema elegido y definido por iniciativa de los participantes. El aprendizaje creativo y exploratorio requiere sujetos de igual perplejidad ante los mismos términos o problemas”.“Tanto el intercambio de destrezas como la conjunción de copartícipes se fundan en el supuesto de que educación para todos significa educación por parte de todos”.

CONCLUSIONES

En definitiva la investigación y la docencia para el proyecto de arquitectura y urbanismo deberán indagar sobre la articulación, apropiación y construcción de espacios públicos y privados, conectados a lo social, mediante un procedimiento creativo de pensamiento holístico y divergente, analizando ergonómicamente las relaciones hombre/entorno, redefiniendo, elaborando y estableciendo tamaños, jerarquías, secuencias, ritmos, relaciones y visualizaciones espaciales, en procesos de aprendizaje participativos que fomenten la creatividad en la temática de proyectar arquitectura y ciudad.
Profundizar en la metodología experiencial introducida por John Dewey (1859-1952) basada en involucrar activamente a las personas en lo que están aprendiendo, a través de experiencias dentro y fuera del aula, con contenido relevante que facilite vivir y trabajar en un mundo cambiante y globalizado.
Entendiendo que las cosas adquieren significado cuando se las usa como medios para producir consecuencias (Neira T.R. 1999) y los significados se comprenden dentro del contexto vivencial del alumno.
Pedagogía a través de las fases de concienciación (vivencias), conceptualización (teorías) y contextualización (sociedad).
Utilización como método de aprendizaje de la interacción profesor-alumno y arquitectura-ciudad-sociedad, mediante líneas de complejidad múltiple donde la primera tarea de la educación sea enseñar un conocimiento capaz de criticar el propio conocimiento (Edgar Morín 1999), usando el pensamiento lateral divergente en la búsqueda de nuevas ideas en oposición a otras viejas, con sistemas de confrontación de conceptos opuestos y entendimiento de la enseñanza como proceso (Edward de Bono1986).
Establecimiento de una acción comunicativa referida a la interacción de dos sujetos capaces de lenguaje y de acción que entablan una relación interpersonal, permitiendo una comprensión entre ellos para lograr definiciones y respuestas comunes de una situación determinada (Habermas 1987).
Proponemos finalmente una metodología de investigación y docencia cualitativas que, como señalan Taylor S.J y Bogdan (1987) sea empírica-inductiva, considerando las personas y los escenarios en una perspectiva contextual e integral.



 P hD ARQUITECTO URBANISTA . MANUEL DOVAL/ETSAM






martes, 5 de junio de 2012

Ciudades intermedias

El cafe de las ciudades
Agenda metropolitana Santa Fe - Paraná
La vocación integradora de dos ciudades intermedias I Por Marcelo Corti

Santa Fe, capital de la provincia argentina que lleva su nombre, y Paraná, capital de Entre Ríos, son dos ciudades vecinas pero separadas por el poderoso río Paraná. Santa Fe es insular, rodeada de lagunas y ríos, vulnerable a la inundación; Paraná, asentada sobre la barranca, espera una revalorización del excepcional sistema de arroyos entre los que discurre su planta urbana. En términos de caracterización regional, hacia el norte de este par de ciudades comienza el Nordeste Argentino y hacia el sur, la Región Central; a su vez, del Paraná hacia el oeste se despliega la llanura pampeana y hacia el este las no menos fértiles cuchillas mesopotámicas.
Ambas ciudades están vinculadas por el Túnel Subfluvial, inaugurado en 1969 y primera infraestructura conectora entre ambas márgenes del río. Las poblaciones de sus respectivas áreas metropolitanas sumaban unos 700.000 habitantes en 2001 (451.571 Santa Fe, 247.587 Paraná) y llegaron a más de 800.000 según datos provisorios de 2010. Como dato de referencia, la ciudad más importante de la región, Rosario, alcanzó 1.200.000 habitantes en 2010 (1.350.000 con su aglomeración metropolitana). Considerada como unidad metropolitana supra-provincial, Santa Fe - Paraná resulta una aglomeración urbana de población similar al Gran Mendoza (cuarta del país) y al par Resistencia - Corrientes.
La conformación metropolitana es un dato físico objetivo pero necesita, para significar algo, una voluntad política o al menos intelectual de considerar a las ciudades en su conjunto. En el caso de Santa Fe y Paraná, la conformación del Observatorio Urbanístico del Área Metropolitana Santa Fe-Paraná es una prueba de esa vocación en la instancia académica (Universidad Nacional del Litoral). En lo político, los intendentes de ambas ciudades acordaron recientemente conformar una agenda conjunta.

Santa Fé

Precisamente, Agenda metropolitana Santa Fe - Paraná es el título del libro recientemente editado por la UNL y que reúne una compilación de textos a cargo de Mirta Soijet, Investigadora Responsable del Observatorio. Según Soijet, “
la agenda pretende ser un aporte a la gestión de políticas territoriales públicas en sistemas de ciudades donde las interacciones son de tal magnitud que bien puede hablarse de un área urbana integrada, con tendencia a funcionar como una unidad de desempeño”.
El capítulo introductorio de Josep Maria Llop Torne resulta especialmente instructivo sobre el carácter de “ciudades intermedias”. Para Llop, lo que define a una ciudad de esas características no es su dimensión (resulta significativo el giro lingüístico de “ciudad mediana” a “ciudad intermedia”) sino su rol de mediación con el territorio: “frente a las funciones de centralidad y singularidad de las grandes ciudades, las ciudades intermedias ofrecen otras, diversidad e intermediación, mucho más próximas a la realidad urbana integrada a sus territorios”. Superando la noción de Christaler de jerarquía de centros, estas ciudades adquieren sentido como nodos de articulación entre el territorio y el mundo globalizado.
El libro presenta una descripción muy completa del fenómeno metropolitano analizado. En el prólogo, Artemio Abba caracteriza a Santa Fe - Paraná como un sistema urbano interprovincial binuclear, en el que el alto grado de interjurisdiccionalidad y la fricción geográfica dificultan la gestión coordinada; “sin embargo”, sostiene, “a partir de los proyectos complementarios de interconexión vial y ferroviaria, el proceso asociativo se fue acelerando y resultó imprescindible incorporar el nivel metropolitano como una escala de conocimiento y gestión socioterritorial”.
En dos capítulos sucesivos, Mirta Soijet describe el marco geográfico, socio-demográfico y económico de ambas aglomeraciones, ensaya una delimitación del sistema, enumera antecedentes de planificación y aborda la cuestión de las infraestructuras de integración territorial, claves en cualquier conformación metropolitana y con especial importancia en este caso. Destaca en su análisis la necesidad de redefinir un nuevo sistema portuario, teniendo en cuenta la obsolescencia de los puertos existentes, la constitución de un mercado común por complementación de los ricos hinterlands productivos y la posibilidad de programar y proyectar grandes equipamientos compartidos por ambas aglomeraciones.


Paraná

Valeria Gramaglia y María Laura Visintini abordan luego el problema de la gestión de riesgos en el área, de especial importancia si se consideran los episodios de inundación ocurridos en la década pasada, en especial en Santa Fe. María Laura Bertuzzi y Mariana Melhem analizan y comparan los respectivos marcos normativos urbano-territoriales. Para ambas, “el desafío consiste en la definición de estrategias que las vuelvan más atractivas como espacios de inversiones, más equilibradas ambientalmente pero sobre todo más justas, amables y equitativas para con sus ciudadanos”.
Paola Bagnera, Sebastián Inglese, Raul Tonini y nuevamente Mariana Melhem abordan luego la cuestión de la vivienda social, desde las primeras experiencias en el marco de las acciones de las organizaciones católicas y la ley Cafferata a las experiencias de ciudad jardín del primer peronismo, los grandes conjuntos de la segunda mitad del siglo XX (entre los que destaca el legendario conjunto Centenario, de Baudizzone, Diaz, Erbin, Lestard, Varas) y los proyectos del Plan Federal. En sus conclusiones señalan como aspectos centrales (tanto para la evaluación de lo realizado como para el establecimiento de políticas a futuro) las cuestiones de la localización, la modalidad de crecimiento urbano y el abordaje del problema a partir de una lógica metropolitana.
Graciela Kosiak de Gesualdo y María Rosa Sanchez Rossi se ocupan, finalmente, del análisis de la conformación de mercado en un sistema potenciado y condicionado a la vez por la cercanía de otros aglomerados urbanos de gran importancia regional (Rafaela y la cuenca lechera del centro-oeste santafesino, Reconquista, el sistema de ciudades entrerriano y, sobre todo, la importancia de Rosario). Isabel Martínez de San Vicente concluye el libro con un análisis de los observatorios urbanísticos como herramientas para la gestión, destacando especialmente “el valor del monitoreo permanente y de la construcción de series cartográficas georeferenciadas para la comprensión de los procesos de construcción social del territorio”.
Variado en su abordaje temático, fundamentado en una sólida base teórica y amplio en la descripción del fenómeno metropolitano que constituye su objeto de estudio. la Agenda metropolitana Santa Fe - Paraná resulta bienvenida como aporte técnico a una necesaria redefinición de los mecanismos y lógicas de gestión de ese y otros sistemas metropolitanos argentinos.
MC
Agenda Metropolitana Santa Fe-Paraná. Mirta Soijet (Compiladora). Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, 2011. 200 pgs. 25 x 17 cm. Precio $ 40. ISBN 978-987-657-644-4
De Artemio Abba, ver sus informes trimestrales sobre gobernabilidad metropolitana de Buenos Aires y su libro Metrópolis Argentinas, editado por café de las ciudades.
Sobre Santa Fe, ver también en café de las ciudades:
Número 40 | Cultura de las ciudades (II) El territorio como instrumento de la filosofía | La Grande, de Saer, entre la mirada y el conocimiento. | Marcelo Corti
Número 42 | Arquitectura de las ciudades Del espacio público a lo público en la ciudad escindida | Desplazamientos epistemológicos y conflictos arquitectónicos. | Julio Arroyo
Sobre ciudades intermedias:
Número 72 | Planes de las ciudades (I)
Planeamiento urbano de ciudades intermedias en la Argentina | Apuntes del encuentro en Goya, Corrientes | Marcelo Corti
Sobre sistemas de ciudades argentinas:
Número 66 | Planes y Política de las Ciudades (II) El Plan Estratégico Territorial y la construcción de la Argentina deseada | La búsqueda de consensos para el despliegue territorial de la inversión pública | Marcelo Corti
Número 58 | Economía de las ciudades El "desorden" urbano, según FIEL | Los problemas locales de la calidad de vida y el crecimiento en las ciudades argentinas | Marcelo Corti |

Quito


Es interesante echar un vistazo al artículo del Café de las Ciudades de hoy 5/6/2012

Quito en lo alto
La renovación de un centro histórico y popular I Por Marcelo Corti

 café de las ciudades 


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Editor y Director: Marcelo Corti. Diseño: Laura I. Corti Corresponsal en Córdoba: Carola Inés Posic
Corresponsal en Buenos Aires: Mario L. Tercco

En esta sección del café, los parroquianos nos cuentan en plan informal sus impresiones sobre las ciudades que han conocido. Los relatos están exentos de requisitos académicos y convenciones profesionales (pero no de sentido del humor y espíritu crítico).
A Fernando Carrión Mena y Jaime Fabián Erazo Espinosa, con el mayor agradecimiento.

Además de una aleccionadora agitación para los que venimos de las llanuras, la subida al Pichincha brinda una precisa imagen del mapa social quiteño. Distribuida la ciudad sobre el valle, sobresale el pequeño cerro conocido Panecillo de Azúcar. A nivel de las calles de la ciudad es una referencia topográfica y un mirador del centro histórico; desde lo alto resulta ser una especie de diafragma urbano que regula el pasaje entre el norte rico y el sur pobre. La segregación de las ciudades latinoamericanas queda en evidencia, así como las múltiples “virtudes” de la topografía, que en algún caso presenta los contrastes (Medellín, Caracas, Río de Janeiro) pero en Quito contribuye a ocultarlos piadosa (o discreta)mente.


De las remodelaciones de centros históricos latinoamericanos se ha dicho muchas veces que son excusa para su elitización, gentrificación, banalización, disneylandización y todas las “aciones” malignas que se puedan realizar sobre un sector de ciudad para joder la vida de sus residentes más pobres. Ignorante del caso quiteño, esperaba encontrar algo así, con profusión de hoteles boutique, personajes disfrazados de autóctonos promocionando restaurants “very tipical” y turistas en camisas hawaianas comprando capital simbólico. Me sorprende gratamente comprobar todo lo contrario: el centro es vital, popular, cotidiano. No quiero usar la palabra “auténtico”, una trampa de la lengua cuando se la usa para definir cuestiones urbanas, pero claramente estamos en un lugar que usan y definen sus lugareños.


En una calle que bordea una quebrada abundan los restaurantes y los bares. Imaginamos que La Ronda es el lugar de los turistas y, solo para comprobarlo y criticarlo, nos damos una vuelta por la noche. La expectativa era falsa: allí también predomina la población local, que se divierte entre canciones y tragos.


Un enorme edificio alberga a los comerciantes callejeros que fueron retirados de las calles para permitir la operación del centro histórico. Con algo de shopping-mall, algo del Gran Bazaar de Estambul y un poco de La Salada bonaerense, el mercado de los informales tiene todo lo necesario para andar por la vida, a precios ideales para bolsillos modestos. Se intuye que este edificio explica buena parte del éxito de la operación central.


“Dios no muere”, reza una inscripción en la recova del Palacio de Gobierno. Fue la última frase del presidente Gabriel García Moreno, asesinado allí en 1875 por militantes liberales. Las iglesias dominan el paisaje y hablan de una tradición clerical. Por las calles, los policías y los mismos paseantes nos advierten a los turistas más evidentes que más allá de tal esquina o pasando tal límite o subiendo determinada cuesta empiezan “las zonas peligrosas”. Dan ganas a veces de preguntarle al policía comedido por qué no va entonces a apostarse en esa zona que parece necesitar sus oficios más que la que está cuidando, pero es más sencillo agradecer el dato y restringirse a “lo seguro”.


La ciudad como un relato visual para el caminante. La recorrida por el Centro Histórico parece un viaje 3D por el “Townscape” de Gordon Cullen: todos los recursos de obturación, descubrimiento, secuencia, sorpresa, distanciamiento, proximidad, cambio de escalas, sensaciones táctiles, “peligros” amables, foco, contraste, etc., etc., etc. Entre las calles estrechas, el BRT se acomoda con esfuerzo e ingenio, y en el volvemos a nuestro hotel después de reponer fuerzas con un poderoso exprimido de las mejores frutas de “la mitad del mundo”.
El centro de las finanzas y las clases adineradas parece haberse desplazado hacia el norte, hacia La Mariscal, La Carolina y más allá. Pero el Centro Histórico de Quito continúa siendo el corazón popular de la ciudad, el concentrador de los atributos materiales y simbólicos que definen el carácter de un centro. La operación renovadora, al menos en el ligero análisis de un caminante ocasional, puede en ese sentido ser considerada exitosa en términos urbanos tanto como sociales.
MC
Sobre el Centro Histórico de Quito, ver los siguientes documentos:
La renovación urbana en Quito, de Fernando Carrión Mena, sobre el cual se asentó todo el proceso renovador de la ciudad;
El Plan Maestro para las Áreas Históricas de Quito, en particular el Diagnóstico del Centro Histórico y Planes Parciales de Áreas Históricas.
Damero, libro de 2007 de Alfonso Ortíz Crespo, apoyado por el Fondo de Salvamento (FONSAL) del Distrito Metropolitano de Quito; compila “el encanto de los planos de Quito”, desde su fundación hasta la actualidad.
Ver también el premio otorgado en 2009 al Centro Histórico de Quito como Buena Práctica Urbana Histórica en el Concurso ByMPUs 2009 de café de las ciudades.
Sobre centros históricos latinoamericanos, ver también en café de las ciudades:
Número 105 | Cultura de las ciudades Veracruz, del centro histórico a la dispersión | Fragmentos de Ciudad para Armar (IV) | María Berns
Número 93 | Planes y Proyectos de las ciudades (I) El Centro Histórico de México hoy | Un espacio democrático de diversidad cultural, identidad e innovación | Inti Muñoz Santini
Número 26 | Proyectos de las ciudades (I) Programa Area Central de la Ciudad de Buenos Aires | El desafío de reinventar el Centro. | Rafael Serrano y Sara Ciocca